La provincia de León es un territorio amplio, rico y diverso, marcado por una elevada heterogeneidad. Existe una gran biodiversidad desde el punto de vista ambiental y territorial. La conservación de la naturaleza, por regla general, es uno de los puntos fuertes de este territorio, aunque con diversas alteraciones debidas a las actividades económicas como la minería, los cambios en los usos del suelo (sobre todo en los municipios del sur de la provincia con el paso de secano a regadío), la sobreexplotación de acuíferos, entre otros.
Varias zonas de esta provincia han sido declaradas Reserva de la Biosfera; existen también varios Espacios Naturales con diferentes figuras de protección (Parque Nacional, Parque Regional, Monumento Natural, etc.), como LIC, IBA y ZEPA, e incluso Patrimonio de la Humanidad (Las Medulas). Dichas declaraciones dejan ver cómo los usos tradicionales del hombre en el medio (principalmente de montaña) han permitido la conservación de espacios naturales y de especies, pero también de usos tradicionales poco agresivos con el medio.
La vegetación exhibe una gran diversidad como consecuencia de la transición climática, (montaña, valle, vega, páramo, etc.). Como especies faunísticas dignas de mención, se localizan en la provincia el oso pardo, el urogallo cantábrico, la avutarda, el sisón común, la liebre de piornal, la graja, etc. Por otra parte, la existencia de importantes cavidades subterráneas de origen kárstico supone un atractivo desde el punto de vista científico y recreativo así como la existencia de zonas esteparias y lagunas de carácter endorreico al sureste de la provincia, que forman un interesante biotopo a tener en cuenta. También existen numerosas zonas a más de 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, denominadas zonas de montaña, lo que les confiere peculiaridades específicas a tener en cuenta. La red hidrográfica de la provincia es una de las más extensas de la península ibérica, existiendo biotopos de vega y bosques de galería.
En cuanto a su caracterización económica, la práctica agrícola tiene un papel central en el territorio, siendo su producción aprovechada principalmente por pequeñas empresas agroalimentarias implantadas en el territorio.
El sector servicios, y en especial el turismo rural e invernal, son las actividades que están teniendo un mayor desarrollo en la provincia; basándose principalmente en valores ambientales y culturales.
El territorio presenta cierta diversificación económica, aunque con la necesidad de una mayor inversión.
La economía arroja unos datos de empobrecimiento progresivo así como una estructura empresarial muy debilitada. Con la terciarización de la economía se pone de manifiesto la debilidad económica provincial, que no tiene una sólida base industrial y en la que el sector primario no tiene prácticamente repercusión en la distribución del PIB provincial. La situación periférica de la provincia respecto de los motores económicos nacionales dificulta, según los estudios, el propio desarrollo económico.
Los datos de paro son similares a la media de la Comunidad Autónoma y están por debajo de la media nacional.
En la actualidad León pierde población de forma preocupante y en gran parte de los municipios afectados por las NUT la situación es alarmante, con densidades por debajo de los 10 hab/Km2. La población se concentra actualmente en los núcleos más urbanizados y dinámicos. No existe relevo generacional y parece que el proceso será irreversible, lo que supondrá la casi desaparición del mundo rural y de su patrimonio etnográfico y cultural. Un factor a tener en cuenta es que la intensa despoblación y envejecimiento que ha sufrido el territorio ha supuesto que muchos de los usos tradicionales de conservación hayan desaparecido y el medio natural se haya visto deteriorado y abandonado paulatinamente.